Hablar del lenguaje es hablar del uso que de él hacen los hablantes. El idioma español proviene del latín y es hablado en el mundo por más de quinientos millones de personas, pero existen variedades lingüísticas e incluso dialectos que enriquecen todas las lenguas. De hecho, en la formación de la variante nacional cubana participan en su evolución tres componentes fundamentales: el europeo, el indoamericano y el africano, con la posible influencia de las lenguas subsaharianas. Entre las características más importantes del español hablado en Cuba encontramos el seseo, el yeísmo, las asimilaciones, las aspiraciones, las elisiones, etc., fenómenos que forman parte de la lengua hablada. Debido a su aislamiento desde el punto de vista lingüístico, en comparación con el resto de los países de habla hispana, el español cubano sufre un proceso de vulgarización, como consecuencia de la intensificación del traslado de elementos del discurso popular o marginal al de los estratos menos educados. La lengua hablada en Cuba es rica en cubanismos, es decir, palabras nacidas en Cuba y debido a toda esta transculturación da origen a la variante nacional cubana.